jueves, 22 de septiembre de 2011

Pinceladas....


De los primeros años de mi vida son pocos los recuerdos, nací en Pamplona, en la Clínica San Francisco Javier. Una clínica pequeña en la que no hubo más nacimientos durante mi estancia, cosa de la que mi padre ahora no parece muy orgulloso ya que ello ha supuesto dejar fuera de juego la típica gracia de “ seguro que nos han dado el cambiazo en el hospital..”

La menor de dos hermanos, con él que he compartido desde juegos hasta patadas, hallazgos y adversidades, cuentos y películas, pisotones y besos… De él destacar su habilidad en el mundo de las letras, habilidad que siempre le ha acompañado, ya ha acabado la carrera de Comunicación y actualmente cursa el master de dirección de cine, no van a ser todo halagos ya que todavía recuerdo cuando me rompió la silleta al día de estrenarla o como yo destrozaba sus Legos…

Una infancia feliz en la que a ninguno nos faltó el cariño de unos padres que de lo pecaron es de que antes de pedir algo ya nos lo habían dado, como buenos hijos de mujer del siglo XXI pisamos guarderías, casas de abuelos y a mi niñera Camino, lo que sería una versión española de la canguro inglesa; gracias por esas bolsas tan grandes de gominolas que me compraba. Todavía sigo pensando que nunca llegaste a amortizar todo lo que te has gastado conmigo con tu sueldo.

Mis primeros contactos con los libros fueron en Santa Luisa de Marillac, donde he cursado Infantil, Primaria y Secundaria. De los trece años que viví en Santa Luisa me quedo con las amistades que hice y que sigo conservando, después de trece años en la misma clase y de vernos crecer sé que es un vínculo que no se romperá, como profesores recuerdo la vocación de Mari Carmen Jamar así como los lloros cuando pasamos a tercero y nos cambiaron de profesora, tampoco olvido los exámenes de Literatura con Jesús, ni las preguntas repetidas de los exámenes de Martintxo, el teatro de Navidad con Milagros o nuestra querida revista ráfagas.

A partir de ahí comenzó otra época más madura de mi vida, plagada por preocupaciones académicas sobre que carrera cursar o el temor que suponía para mi Selectividad. El bachiller lo curse en Navarro Villoslada.
La época que supuso un antes y un después, ha sido en la Universidad, donde estudió actualmente Deco ( derecho económico). Además de un paso más en responsabilidades, una nueva forma de plantearme el estudio, el pasar de una clase de 30 a 100 trae consigo conocer a personas de diferentes sitios, lo cual supone un gran enriquecimiento además de una oportunidad.

La frase que más me acompañado a lo largo de mi vida ha sido la de Winston Churchill : “Si estás atravesando un infierno, sigue caminando. “ Con esa frase aprendí que los fracasos son como un capítulo más de nuestra historia, y una lección que nos ayuda a crecer. También aprendí que la vida no respeta las edades, y que incluso hay veces que el tiempo no pone las cosas en su lugar, ante todo ello lo único que se puede hacer es crecerse a las adversidades. Hay que vivir el presente aunque más de una vez de vértigo.
El segundo lugar que ha marcado mis años, ha sido Arróniz, un pueblo a 30 km de Navarra, en él que he pasado muchos veranos y me hizo apreciar las diferencias que hay entre el pueblo y la ciudad y entender porque todo el mundo acaba por volver a él.